Ludopatía, la adicción a los juegos de azar

 

Desde el origen de la humanidad el juego ha acompañado la vida de las personas, proporcionando satisfacción a través del entretenimiento, el esparcimiento y la diversión. Los hombres han utilizado el juego como un motor generador de sensaciones placenteras, pero también como un medio para establecer relaciones sociales y como una opción para disfrutar los momentos de ocio.

El juego se entiende como una actividad en la cual cada persona es libre de elegir si desea realizarla, por lo que es una acción voluntaria. También es una actividad de resultado incierto, ya que no puede conocerse de antemano cómo se va desarrollar, dependiendo en última instancia de los destinos del azar, o bien de la inventiva del jugador en aquellos juegos en donde éste interviene directamente.

A medida que las sociedades se fueron desarrollando, fueron apareciendo diversas modalidades de juego en donde las apuestas de dinero o bienes se convirtieron en grandes máquinas generadoras de ingresos requiriendo el control por parte del estado. Estas formas de juego de cierta manera desvirtúan el verdadero sentido de esta actividad hasta el punto en que gran cantidad de personas se ven afectadas por las consecuencias del juego compulsivo.


La ludopatía

Según la definición que ofrece la OMS, la ludopatía es un trastorno mental que conlleva sufrimiento y falta de control, además tiene graves efectos en la salud del jugador y afecta severamente sus relaciones familiares y su entorno social. Se denomina ludópata a la persona que sufre de ludopatía.


El ludópata y sus conductas

El ludópata es una persona que tiene una relación de dependencia con los juegos de azar y que no ha podido, pese a sus esfuerzos, controlar o terminar con esta actividad. Se trata de una adicción en la que la persona no puede controlar sus deseos de jugar, y una vez que ha comenzado esa relación de dependencia, se convierte en un problema difícil de dominar. La adrenalina que se genera al momento de jugar es la misma que se genera con el consumo de determinadas sustancias, que va afectando la parte personal, emocional y familiar e inclusive laboral, llevando en algunos casos a perder el trabajo.

Una vez que la necesidad de jugar se hace presente, la persona siente que debe saciar este impulso, aumentando en intensidad a medida que transcurre el tiempo. Cada día la urgencia de jugar se hace más grande, aumentando los recursos que se invierten, no sólo materiales sino emocionales. Inicialmente el jugador puede comenzar invirtiendo poco tiempo y dinero pero a medida que el impulso se acentúa, se incrementa la presión para seguir jugando convirtiéndose en lo más importante de su vida.

De esta manera, ya no le alcanzan unas pocas horas y dinero para lograr la sensación de placer que en un comienzo obtenía, cada vez necesita más tiempo y dinero para lograr una sensación similar. En ocasiones intenta terminar con ese hábito pero su organismo toma cuenta de la falta de estímulos y muestra diversas manifestaciones como trastornos de sueño, carácter irascible, desorden digestivo, convulsiones, etc. A través del juego, la persona puede eludir estas consecuencias por lo que recae nuevamente en esta conducta muchas veces acompañado por la falsa creencia y la esperanza de que puede recuperar el dinero perdido. La realidad distorsionada en la que está inmerso el ludópata le hace pensar que posee un don especial, una cuestión mágica que le permite desafiar el azar y ganar en una jugada lo que no pudo en todas las anteriores.

Por otra parte, es muy común que el jugador compulsivo tenga problemas con otro tipo de sustancias a las cuales recurre mientras está jugando, como lo son el cigarrillo, el alcohol, las drogas, etc. La características de este tipo de personas las hace susceptibles a tener falta de control sobre determinadas conductas que para otras personas pueden resultar placenteras como lo son las relaciones sexuales, comer, comprar,etc.


Diferencias entre jugador con problemas y un ludópata

No todas las personas que presentan algún tipo de problemas con el juego pueden calificarse como ludópatas, aquellas que logran algún tipo de control sobre su conducta pueden considerarse jugadores problemáticos puesto que aún no presentan la severidad de un ludópata.
La persona que padece un juego problemático es aquella persona logra controlar sus deseos de jugar pero que ha perdido dinero, y este hecho ha tenido consecuencias en su vida personal, afectiva, familiar, económica, etc. Sin embargo, el jugador logra controlar la conducta cuando llega a determinados límites, los cuales pueden ir más allá de los límites considerados normales o adecuados para una persona que juega con fines de diversión. En estos casos se dice que la persona hace un consumo perjudicial del juego, ya que sabe que tiene problemas pero le cuesta mantener esta conducta dentro de los límites normales.
El ludópata, en cambio, no puede detener esta conducta. Una vez que ha comenzado a jugar y ha perdido dinero, comienza a jugar para recuperarlo volviéndose un círculo vicioso del que no puede salir. Allí comienzan los problemas de todo tipo: de pareja, familiares, financieros, etc. En la ludopatía, como tantas otras adicciones, el individuo no tiene conciencia de su problema, no se percata de la realidad, no asume su condición.


Características que predisponen a la ludopatía

Para caer en la adicción al juego se necesita una estructura en la persona, una predisposición, es decir, características en la personalidad que son anteriores al problema y que se van gestando y desarrollando a medida que transcurre el tiempo. Generalmente las características de personalidad que predisponen a la ludopatía son los comportamientos obsesivos, la baja tolerancia a la frustración, el poco control de los impulsos y las dificultades en el manejo de la ansiedad. Sin embargo, no existe una única causa en el nacimiento de la ludopatía, pudiendo encontrarse factores sociales, familiares e incluso hasta factores que tienen que ver con predisposiciones genéticas.


El entorno familiar

Como sucede en otro tipo de adicciones, el rol de la familia del jugador ocupa un rol fundamental en tanto que, con sus acciones, puede terminar o permitir la conducta su compulsiva. Se cree que por cada ludópata hay 10 o 15 personas que se ven directamente afectadas de una u otra forma, principalmente la familia.

Cuando en la familia se presenta un caso de ludopatía, se resienten todos sus miembros, resultando particularmente afectados la pareja y los hijos. Uno de los cónyuges, en virtud de persuadir al ludópata, puede usar a los hijos como elemento de presión. Pueden hacer abandono de hogar hasta llegar a los casos en donde la separación o la exclusión del hogar parece ser el único camino posible.

Los hijos de un ludópata son particularmente sensibles a las consecuencias de la falta de diálogo y comunicación del entorno familiar. Si este problema persiste en el tiempo, los hijos pueden buscar en el exterior de la familia lo que no encuentran dentro de su hogar, así se convierten en población de riesgo presentando tendencias al desarrollo conductas adictivas.

El ámbito laboral de un ludópata también se ve afectado por sus conductas, dando lugar a ausencias injustificadas, menor compromiso y participación, menor productividad, etc.


En busca de ayuda

Con el objetivo de ganar hay quienes juegan todo lo que tienen, sus casas, sus autos, el poco de dinero que tienen. La ludopatía es una adicción que puede terminar con todo lo que es importante en la vida del jugador, e incluso hasta terminar con su propia vida.

El juego debe ser tomado como lo que es, una diversión, un entretenimiento, un momento de recreación que nos permite pasarla bien. Si el juego ha dominado tu vida o la de algún allegado, no dudes en consultar inmediatamente a un profesional de la salud, recurrí al centro de salud mental u hospital más próximo a tu domicilio, o consulta en tu obra social. Asimismo ponemos a disposición los datos de contacto de algunas organizaciones sin fines de lucro que se dedican a ayudar a las personas afectadas por el juego compulsivo.


Jugadores anónimos de Argentina

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JUG-ANON

Grupo de autoayuda para familiares y amigos de jugadores compulsivos

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