Los secretos del éxito de la quiniela

 

El juego más vendido

Todos jugamos. Soñamos con un número, tenemos un pálpito y casi sin dudarlo apostamos unos pesos para intentar “pegarla”. Esta es una imagen se repite a lo largo y a lo ancho del país cotidianamente y que no distingue clases sociales. Desde el albañil, pasando por el bancario y el ama de casa: todos juegan a la quiniela.

A pesar de que cada día existen más juegos de azar e infinidad de modalidades y variantes, la mayoría de los jugadores elige la quiniela por sobre otros tipos de juegos. Basta con observar los datos oficiales acerca de los montos obtenidos por las ventas de este juego para darse cuenta de la importancia que tiene en la recaudación de las diferentes loterías provinciales. Se estima que 6 de cada 10 pesos jugados en una agencia van para las jugadas de quiniela, dejando al Quini 6 en segundo lugar. Incluso la recaudación de las máquinas tragamonedas de las salas y casinos muchas veces es menor que la de la quiniela.

Factores de éxito

Pero si los jugadores tienen a su alcance cada vez más opciones de juegos, cabe preguntarse: ¿Cuál es la ventaja que tiene la quiniela por sobre los otros tipos de juegos? ¿Cuál es el secreto para que siga siendo la preferida de los apostadores? A continuación se intenta dar con las respuestas a todas estas cuestiones.


El juego de los sectores populares

En principio, tiene una ventaja clara: es un juego barato. En la mayoría de las jurisdicciones la apuesta mínima es de $1 (un) peso lo que permite casi a cualquier persona, incluso a la que poseen una economía más modesta, realizar una jugada. Muchas veces, esta jugada es el resultado de pagar con un “vuelto” de la compra de otro producto, en aquellas agencias en donde se anexan otros rubros como un quiosco. Para muchas personas, el módico valor de la apuesta representa una oportunidad para obtener esa liberadora cuota de esperanza que se genera hasta el momento en que llega el sorteo.


Premios a elección

Otro de los atractivos de la quiniela es la posibilidad que da al jugador de elegir lo que quiere ganar con un mismo monto de apuesta. Tomando el ejemplo de una apuesta de $1: si se apuesta a una cifra a la cabeza se pueden ganar $7 pesos, si se apuesta dos cifras a la cabeza $70, apostando tres cifras a la cabeza $500 y a cuatro cifras $3000 (los montos pueden diferir según la jurisdicción de la quiniela). Las probabilidades de ganar apostando a cuatro cifras son muchas menos que apostando a una cifra (por lo tanto se explica la diferencia en el importe del premio) pero siempre es el jugador el que decide lo que desea ganar apostando un mismo monto de dinero.


En cada rincón

La extensión geográfica es otra de las claves del éxito del juego. La quiniela se encuentra en todas partes y llega hasta el más remoto lugar del país. Todas las provincias cuentan con organismos que se encargan de organizar sus propias quinielas y poseen redes de ventas que la comercializan en su territorio. Las agencias de loterías se encuentran por doquier, incluso existen vendedores oficiales que recorren las calles levantando apuestas a través de dispositivos móviles. Para jugar, prácticamente no es necesario interrumpir las actividades o labores diarias.


Sorteos para cada momento

Otro atractivo de la quiniela es la variedad de horarios en los que se sortea. Todos los días existen sorteos (los domingos sortea la lotería salteña, las demás de lunes a sábados) y más de una vez al día. Lo que permite al jugador tener múltiples chances de jugar, tanto si desea redoblar la apuesta, o bien si no ha llegado a tiempo para jugar al sorteo anterior. También existe la posibilidad de jugar a diferentes extractos en el mismo sorteo (a la nacional, bonaerense y oro, por ejemplo) lo que multiplica las posibilidades de combinar apuestas y las chances de ganar.


El que juega gana

Teniendo en cuenta las probabilidades que ofrece este juego, se puede marcar una diferencia en relación al resto de los juegos de azar, y afirmar lo siguiente: a la quiniela tarde o temprano se gana. Y es que este juego ofrece una posibilidad factible de ganar basado en sus probabilidades que no son para nada disparatadas. Pensemos que la probabilidad de acertar 1 (una) cifra a la cabeza es de 1 en 10, y la posibilidad de acertar a 2 (cifras) es de 1 en 100. Por supuesto que en estos dos casos los premios serían mínimos ($7 y $70 respectivamente en caso de apostar $1), pero el hecho de acertar una jugada y poder traducir esa esperanza previa en algo concreto, es algo que mantiene viva la ilusión del jugador y hace que se fortalezca la confianza en el juego. A medida que la apuesta sea más específica (por ejemplo, a cuatro cifras), las probabilidades disminuirán, pero nunca serán tan bajas como en otros juegos. Como una especie de chicana hacia los demás juegos y como forma empírica de comprobar lo que se ha dicho, intente contestar estas dos preguntas: ¿Conoce a alguien que haya ganado a la quiniela?, seguramente la respuesta será positiva. En cambio, será muy difícil encontrar una respuesta afirmativa a lo siguiente: ¿Conoce a alguien que haya ganado al Quini 6?


El arraigo popular

Existe otro factor clave en el éxito actual de la quiniela y que no deberíamos soslayar: su historia. Recordemos que en Argentina este juego surgió de la mano de inmigrantes europeos como contraparte más económica (e ilegal, claro) de la entonces Lotería de Beneficencia. Luego de ser un juego prohibido durante mucho tiempo el estado debió comenzó a regular su funcionamiento debido a la gran aceptación popular que adquirió.


Podríamos seguir enumerando otros factores que influyeron en el éxito de este juego. Por ejemplo, el atractivo que significa el establecer una asociación entre lo que se ha soñado y los números. Pero sin dudas que todos los elementos que se han nombrado forman parte de los secretos que hicieron de la quiniela el juego de azar preferido de los argentinos.